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lunes, 15 de abril de 2013

SANTA FE. CIFRAS NEGRAS DEL PRIMER TRIMESTRE DEL AÑO 2013.-


CRECIERON LOS CASOS DE FEMICIDIO RESPECTO AL MISMO PERÍODO DEL 2012

Así lo reveló un informe de situación elaborado por el equipo de género de la concejala Norma López. "Este año los datos son muy preocupantes, porque los femicidios empezaron peor que el año pasado", lamentó Mercedes Pagnutti.






En Santa Fe hubo tres femicidios por mes, en enero, febrero y marzo. La cifra de nueve casos para este primer trimestre es preocupante para lo que queda de 2013, y ya supera al mismo período de 2012, cuando se contabilizaron siete mujeres asesinadas por cuestiones de género. En los primeros quince días de abril, ya hay al menos dos hechos más, en Rosario y el departamento La capital. Así lo reveló un informe de situación elaborado por el equipo de género de la concejala Norma López, del Frente Para la Victoria. "Este año los datos son muy preocupantes, porque los femicidios empezaron peor que el año pasado. Notoriamente, los hechos son más macabros", lamentó Mercedes Pagnutti. La recolección de datos de medios de comunicación incluye el caso de la transexual asesinada en Reconquista, el pasado 29 de marzo, de manera brutal y aberrante (ver aparte). Además, desde el Municipio rosarino indicaron que entre enero y marzo, se atendieron 532 llamados de mujeres al Teléfono Verde (0800 444 0420, durante las 24 horas) que solicitaron asistencia por cuestiones de violencia; de las cuales 25 debieron ser trasladadas a alguno de los refugios con los que cuenta el Ejecutivo, frente al peligro que genera que estén en sus casas, y cerca del agresor.

Las situaciones en las que murieron estas mujeres son aún más estremecedoras frente al dato de que en más de la mitad de los casos, los agresores son parejas o ex parejas de las víctimas.

Casuística

Enero
  • el primero de los casos fue el de Argentina Gabriela Cabral, de 35 años, baleada en la cabeza, en un campo de la ciudad de Vera.
  •  Al día siguiente, Magdalena Sagona, una anciana de 90 años fue asesinada en su casa de la localidad de Casilda. 
  • El 20 de enero, Andrea Viviana Ortiz, de 32 años, perdió la vida en Vera, de 20 puñaladas que le asestó su pareja, Adrián Vega, de 40 años, estando la mujer embarazada.


Febrero

  •  el domingo 3, Elsa Teresa Sanmartino, de 67 años, fue hallada sin vida en su casa de la localidad de Piamonte, con cortes en el cuello, cara y brazos; además de un fuerte golpe en la cabeza. La policía descartó que el móvil fuera un robo, ya que no faltaba nada, y las puertas no habían sido violentadas.
  •  El 20 de febrero, Natalia, de 19 años, fue apuñalada en un confuso episodio en Villa Gobernador Gálvez, y su ex pareja quedó detenida.
  •  Al día siguiente, Marta Graciela Lencina, de 41 años, fue degollada en Granadero Baigorria, por su hijo de 25 años, con problemas de adicciones.


Marzo

  • la primera de las víctimas fue también de Granadero Baigorria: Romina, una joven madre de 25 años, recibió un fierrazo en la cabeza por parte de su ex pareja, y en presencia de su hija de 5 años. El agresor se colgó a una viga del techo.
  •  El 26 de ese mes, en la zona de Empalme Graneros, Zulma Paula Enrique, de 62 años, fue asesinada de un escopetazo en el pecho y su hijo culpó al padre, con quien la mujer había discutido antes de recibir el disparo.
  •  la madrugada del Viernes Santo se tiñó de sangre en Reconquista, donde fue brutalmente asesinada Vanesa Zabala, de 31 años. La transexual se encontraba ejerciendo la prostitución cerca de la rotonda de barrio Guadalupe, donde fue encontrada, agonizando, por una compañera.



De esta manera, fueron cuatro los femicidios en el departamento Rosario; dos, en Vera; y uno en las localidades de Caseros, General Obligado y San Martín. En 2012, durante el mismo período, el informe del equipo reveló que en enero fueron asesinadas tres mujeres; en la provincia; dos, en febrero y otras dos, en marzo.






"Se habla mucho, pero no se hace nada, en una provincia y una ciudad donde hablan de seguridad para las mujeres, donde el tema de la mujer está supuestamente muy trabajado", se quejó Pagnutti, quien apuntó también a la Justicia: "En Tribunales ni siquiera se controlan las órdenes de exclusión de hogar que tienen muchos hombres".


Con estos datos, Santa Fe continúa segunda en femicidios, en el país, detrás de provincia de Buenos Aires, donde fueron asesinadas 24, de las 77 mujeres muertas por cuestiones de género en Argentina, en el primer trimestre del año. Le siguen Salta, con seis; y Córdoba y Entre Ríos, con cinco femicidios cada una.

Pagnutti explicó además que el crimen de la transexual Vanesa Zabala fue considerado femicidio y lamentó las "cuestiones de patriarcado que todavía están incorporadas en la sociedad. Quien la haya matado, mató a una mujer".

FUENTE. PÁGINA 12 -  Por Lorena Panzerini

jueves, 11 de abril de 2013

TENDENCIAS DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


La organización Panamericana de la Salud publicó el informe La violencia contra la mujer en América Latina y el Caribe- Un análisis comparativo de los datos poblacionales provenientes de 12 países, en el que compara la situación de la violencia contra la mujer en Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, Paraguay, Perú y República Dominicana a partir de las encuestas de prevalencia realizadas en cada uno de esos países. En este artículo presentamos las principales conclusiones del informe y la posibilidad de descargar el resumen del mismo en español. El informe completo por ahora está sólo en inglés. 


1) La violencia contra la mujer infligida por el compañero íntimo está generalizada en todos los países de América Latina y el Caribe donde se realizaron estas encuestas DHS y RHS, pero la prevalencia varía según el entorno. La mayoría de las encuestas han revelado que entre la cuarta parte y la mitad de las mujeres declaraban haber sufrido alguna vez violencia de parte de un compañero íntimo.



2) La violencia infligida por un compañero íntimo comprende desde actos moderados ocasionales hasta situaciones prolongadas y crónicas de malos tratos, a veces llamadas ‘golpizas’. En todas las encuestas recogidas en este análisis, la mayor parte de las mujeres que habían sufrido algún tipo de violencia física alguna vez declaraban haber sufrido actos ‘graves’, como puñetazos o amenazas con un cuchillo u otra arma, o heridas causadas por un arma. Además, muchas mujeres declaraban haber sido forzadas por una pareja a tener relaciones sexuales.

3) El maltrato emocional y los comportamientos controladores también están generalizados en estos países.Una gran proporción de mujeres de la Región declararon que su pareja actual o más reciente había recurrido a tres o más comportamientos controladores, como tratar de aislarla de la familia o los amigos, insistir en saber en todo momento dónde estaba ella, o limitar su acceso al dinero.

4) El maltrato emocional y los comportamientos controladores están estrechamente vinculados a la violencia física de parte del compañero íntimo. El maltrato emocional resultó relativamente poco frecuente (entre un 7,0% en Haití 2005/6 y un 18,9% en Bolivia 2008) entre las mujeres que habían informado ninguna violencia física infligida por el compañero íntimo en los 12 meses precedentes.

5) Factores sociodemográficos asociados con la violencia de parte del compañero íntimo varían según el país. Los factores más fuertes y constantes asociados con la violencia infligida por un compañero íntimo resultaron ser los siguientes: estar separadas o divorciadas, alta paridad (número de hijos nacidos vivos) y tener antecedentes de malos tratos físicos del propio padre hacia la propia madre.




6) La prevalencia y las probabilidades de violencia de parte de un compañero íntimo no siempre son más altas entre las menos ricas o menos instruidas. Sin embargo, en algunos países, los niveles más altos de violencia infligida por un compañero íntimo eran los informados por mujeres de niveles intermedios de riqueza o instrucción, y no de los niveles más bajos. Se han comunicado resultados similares en otros lugares del mundo,13 y Jewkes (2002) argumenta que las mujeres pueden correr riesgos particulares de violencia infligida por el compañero íntimo en entornos donde la instrucción y el empleo crecientes de las mujeres están poniendo en entredicho los roles tradicionales de género—posibilidad que merece la pena considerar en América Latina y el Caribe, donde se están produciendo cambios importantes en los roles y el empoderamiento de las mujeres.

7) Las mujeres señalan muchas situaciones diferentes que ‘desencadenan’ violencia de parte del compañero íntimo, pero en casi todos los entornos el consumo de alcohol por parte de este desempeña un papel importante. Este resultado corresponde con un gran número de estudios que documentan que el abuso de alcohol por los hombres aumenta el riesgo de que las mujeres sufran violencia de parte del compañero íntimo,14,15 incluido un análisis de los datos del Estudio multipaís de la OMS.

8) La violencia infligida por el compañero íntimo a menudo tiene consecuencias graves para la salud física y mental. En los 12 países estudiados, una gran proporción de mujeres que habían sufrido violencia infligida por un compañero íntimo alguna vez o en los 12 meses precedentes declaraban haber resultado físicamente lesionadas, incluidas lesiones ‘menores’ como contusiones y dolores, así como lesiones más ‘graves’, como fractura de huesos, quemaduras o cuchilladas. (…) entre la mitad y más de las dos terceras partes de las mujeres que habían sufrido violencia infligida por un compañero íntimo en los 12 meses precedentes declararon haber presentado como consecuencia de esa violencia ansiedad o depresión suficientemente graves para no poder realizar su trabajo habitual. (…) las mujeres que habían sufrido violencia física o sexual infligida por el compañero íntimo en los 12 meses precedentes tenían significativamente más probabilidad de haber contemplado o intentado el suicidio en las cuatro semanas precedentes, en comparación con las que nunca habían sufrido esa violencia.

9) La violencia infligida por el compañero íntimo está estrechamente vinculada a varios indicadores clave de salud reproductiva. La prevalencia de violencia física o sexual infligida por el compañero íntimo alguna vez o en los 12 meses precedentes era significativamente mayor entre las mujeres que informaban una edad más temprana al primer nacimiento, entre las que habían tenido un mayor número de hijos nacidos vivos y entre aquellas cuyo último nacido vivo había sido no planeado o no deseado. (…) los embarazos no planeados y no deseados eran significativamente más frecuentes entre las mujeres que informaban violencia infligida por el compañero íntimo alguna vez en comparación con las que no.




10) La búsqueda de ayuda por las mujeres que sufren violencia varía ampliamente según el país. Las mujeres mencionaron muchas razones diferentes por las cuales no habían pedido ayuda, entre ellas vergüenza, temor a represalias, no saber adónde ir y no creer que alguien las ayudaría.

11) Una gran proporción de mujeres de América Latina y el Caribe informan haber sufrido violencia sexual en algún momento de su vida, perpetrada principalmente por hombres conocidos por ellas. En la mayor parte de las encuestas, la mayoría de estas mujeres que habían informado violencia sexual la habían sufrido a manos de un compañero íntimo.

12) La iniciación sexual forzada y no deseada ocurre a edades tempranas para muchas mujeres jóvenes y niñas en la región. Cuando los investigadores dieron a las mujeres jóvenes la opción de declarar que su primera relación sexual no había sido deseada, sin tener que llamarla ‘forzada’, en la encuesta RHS Jamaica 2008/9 y en las encuestas del Estudio multipaís de la OMS en Brasil y Perú, una gran proporción de mujeres informaba que su primer relación sexual no había sido deseada.

13) La exposición a la violencia en la niñez aumenta el riesgo de otras formas de violencia en etapas posteriores de la vida y tiene importantes efectos intergeneracionales negativos. (…) el factor de riesgo más consistentemente asociado a la violencia física o sexual infligida contra la mujer por el compañero íntimo era en todos los países una historia familiar de ‘padre golpeador de la madre’. (…) los niños que vivían en hogares donde las mujeres habían sufrido violencia de parte del compañero íntimo tenían probabilidades significativamente mayores que otros niños de ser castigados con golpes, palizas, azotes o bofetadas.

14) La aceptabilidad de la violencia contra la mujer infligida por el compañero íntimo está generalizada, pero varía según el entorno. La aceptabilidad de los golpes contra la esposa era significativamente mayor entre las mujeres rurales que entre las urbanas, y entre las que habían sufrido violencia física o sexual de parte de un compañero íntimo en los 12 meses precedentes, en comparación con las que no la habían sufrido. (…) el acuerdo de las mujeres con la aceptabilidad de que el marido golpee a la esposa resultó menor en la encuesta más reciente que en la anterior.






15) Está generalizado en la Región el acuerdo con normas que fortalecen las desigualdades de género, desaniman a las mujeres de pedir ayuda o restan importancia a la responsabilidad de terceros de intervenir en situaciones de malos tratos. La proporción de mujeres favorables a que una esposa obedeciera a su esposo aunque estuviera en desacuerdo con él oscilaba entre poco más de la cuarta parte de las mujeres en Paraguay urbano 2008 y casi las tres cuartas partes de las mujeres en Guatemala rural 2008/9. Además, proporciones sustanciales de las encuestadas estaban en desacuerdo con que personas ajenas intervinieran en ayuda de una mujer maltratada por el esposo o con que se hablara de problemas familiares con personas no pertenecientes a la familia.

FUENTE: COMUNICAR IGUALDAD - POR SANDRA CHAHER