miércoles, 25 de septiembre de 2013

EL PODER JUDICIAL ES UN MACHO PATRIARCAL

 Patricia Sanmamed es abogada penalista. A su desempeño profesional, en los últimos años, le sumó la convicción de utilizar a la justicia como herramienta para la defensa de los derechos de las mujeres. En su estudio en el conurbano bonaerense, nos cuenta cómo su historia se une a las de dos mujeres “presas de la violencia machista de sus parejas, de la indiferencia de la sociedad y ahora sujetas de castigo del sistema penal que criminalizó a quienes quisieron ser libres”.



HISTORIAS

“Daiana F. tiene 21 años. Sufrió un ´noviazgo´ violento durante dos años en los que fue víctima de golpes y violencia psicológica en forma cotidiana. Él la vigilada, le revisaba los mensajes del celular y la alejó de su círculo de amigas”. Así comienza Patricia el relato de la violencia integral –machista e institucional- que hoy encuentra a Daiana cautiva del sistema carcelario.

Con sólo 19 años era encargada del sector cajas de un restaurante y cada vez adquiría mayor responsabilidad; él se ensañaba con los veinte o treinta minutos de más que ella tardaba en salir de su trabajo. El desenlace llegó luego de una de las tantas veces en que ella intentó separarse. Luego de una fiesta de cumpleaños, él, creyéndose dueño de la vida de Daiana, la siguió y se presentó ante su círculo de amistades para reiterar el pedido de retomar la relación. La sorprendió en la cocina, la tomó de los brazos y empezó a propinarle golpes e insultos. Ella, que estaba picando hielo para las bebidas, se defendió con lo que tenía a mano, lastimándolo con una cuchilla. El llegó vivo al hospital, pero no sobrevivió a una operación muriendo desangrado. Fue en la madrugada de un domingo de octubre de 2011, en el “día de las madres”.

“Daiana fue al hospital a ver cómo estaba y al enterarse del fallecimiento, se entrega. Fue detenida y nunca más salió, a pesar de que siempre tuvo una actitud colaborativa con el Poder Judicial. Daiana hizo una confesión calificada en la que reconoce el hecho pero a su vez habla de una causal de justificación explicando por qué pasó lo que pasó” explica Patricia y adelanta “pero esa contextualización no fue tenida en cuenta y además fue utilizada en su contra”.

Daiana fue condenada por el TOC N°3 de Lomas de Zamora. Quedó la percepción de que ella “lo mató porque tenía ganas”, invisibilizando en el fallo todo el contexto previo de violencia y abuso de poder de parte de su agresor. Hoy está presa en Batán, luego de haber sido condenada a tres años y seis meses. No obstante, el fiscal de la causa apeló la sentencia por cuestiones de derecho exigiendo diez años por homicidio simple. Patricia como su defensa, exige la absolución por legítima defensa.

“La historia de Nora A. también es triste” introduce Patricia. “Es muy joven, tiene 33 años y estuvo en pareja  entre siete y nueve años con un hombre que la golpeaba y que a la vez abusaba de las drogas y el alcohol”. Nora es la segunda mujer que defendió que al intentar liberarse fue presa. “Ella tenía dos hijos con él y una hija con una pareja anterior. El día de los hechos que terminan con la vida de su agresor, volvía de trabajar a la mañana –ya que trabajaba durante toda la noche- y una vez en su casa, intentó soportar uno más de los ataques e insultos que su pareja acostumbraba a ejercer sobre ella”.

El “te voy a matar” amenazaba sus días. Una vez la golpeó con una botella en la cabeza aunque su costumbre era darle piñas. “Nora me comentó, ya en la cárcel, que nunca dejaba de observarlo, que nunca le daba la espalda porque le tenía miedo y sabía que algún día iba a intentar concretar sus dichos”.

En la noche del 30 de diciembre de 2012, él se abalanzó sobre ella, y ella, cuchilla en mano, lo hincó. La herida lesionó órganos vitales por lo que no pudieron salvarle la vida. Nora fue a la comisaría a presentarse y desde ese momento está detenida. La defensa está exigiendo la prisión domiciliaria porque es madre de niños pequeños. “La ley de ejecución penal bonaerense prevé la posibilidad –aunque siempre queda sujeta de criterio- de otorgar la prisión domiciliaria a las mamás de menores de cinco años”. No obstante Nora ya fue castigada. Durante un tiempo la trasladaron a Azul, a 200 km de su casa, período en el que veía a su familia una vez por mes. “A pesar de que la ley la ampara, Nora sigue presa” dice Patricia. Su causa se encuentra en la etapa de instrucción en el Juzgado de Garantías N° 10 del Polo Judicial de Avellaneda.

FUENTE: COMUNICAR IGUALDAD - Por Laura Salomé Canteros

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