"No podemos permitir que en una época de afianzamiento de los derechos humanos que las niñas y mujeres con discapacidad continúen perpetuándose como 'ciudadanas invisibles', algo que de hecho sucede tanto en Argentina como en el resto del mundo".
Así lo advirtió la titular de la Oficina Municipal contra la Discriminación -Omudi-, Agustina Palacios, quien participó del seminario sobre "Género y discapacidad: una cuestión de derechos humanos" que se realizó en esta ciudad, organizado por el Consejo Nacional de la Mujer y la Comisión Nacional Asesora para la Integración de las Personas con Discapacidad (Conadis).
En diálogo con LA CAPITAL, Palacios hizo una dramática descripción de la situación que padecen las mujeres con discapacidad en el mundo. "Es un grupo que enfrenta una doble discriminación, debido a su discapacidad y a su género -describió-. A ello debe sumarse la escasez de datos que existe sobre ellas, lo que hace que tanto niñas como mujeres con discapacidad continúen perpetuándose como 'ciudadanas invisibles'".
- ¿Qué significa que son 'ciudadanas invisibles'?
- Las investigaciones relativas a la mujer con discapacidad se encuentran en etapas muy tempranas, incluso desde la perspectiva de los derechos humanos. Esto hace que no se las visualice y que, por ende, no se diseñen políticas transversales que las tengan en cuenta. Muchas veces no son consideradas ni en los asuntos relativos a la discapacidad ni en los relativos al género. Esto significa una severa violación a los derechos humanos, garantizados por el sistema de tratados de las Naciones Unidas
- ¿Se está haciendo para modificar esta situación?
- Desde la década del 70 el derecho internacional venía receptando un cambio de paradigma en el ámbito de la discapacidad, que se tradujo en la evolución desde el diseño de políticas asistenciales hacia políticas basadas en los derechos humanos. Sin embargo, la situación de la mujer con discapacidad venía quedando relegada. Ello ha dado un salto cualitativo a partir de la aprobación, el 13 de diciembre de 2006, de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas.
- ¿Qué establece ese tratado?
- Lo más importante es que brinda un doble tratamiento que implica tanto la adopción de un artículo específico -el 61, destinado al tema de la visibilidad-, como la transversalidad de las cuestiones de género a lo largo de la Convención para abordar las necesidades de la mujer con discapacidad en el ejercicio de cada uno de los derechos. De este modo, a la hora de diseñar una política educativa, de salud, laboral o de la materia que fuere, deberán tenerse en cuenta expresamente las necesidades de mujeres con discapacidad, para no excluirlas luego a la hora de ejercer cada uno de estos derechos.
- ¿Cuáles serían las estrategias para mejorar la visibilidad de las mujeres con discapacidad?
- En primer lugar hay que incorporar a los estudios feministas la situación de la mujer con discapacidad. En general, los estudios feministas no abordan el tema desde esta óptica y eso constituye una omisión seria. Un ejemplo es que una de las investigaciones de mayor éxito de los años 70 y 80 ha sido la relativa a la violencia doméstica. Sin embargo, ninguno de esos estudios ha considerado el problema desde la perspectiva de las mujeres con discapacidad. Esto hizo que recién los hogares de acogida de mujeres recién hayan comenzado a estudiar de qué modo prestar sus servicios a las mujeres con discapacidad.
- ¿Es un tema presente en las proclamas de los movimientos de personas con discapacidad?
- El movimiento de personas con discapacidad no ha tenido del todo en cuenta las necesidades particulares de las mujeres con discapacidad. Por ejemplo, es posible que requieran una asistencia personal que les permita, más allá del trabajo o el estudio, ocuparse de sus hijos y llevar adelante sus hogares. En cambio, el movimiento de las personas con discapacidad ha tendido a centrarse en un tipo de asistencia que permita el empleo asalariado u otras actividades ajenas al hogar. Y la vida independiente supone tanto la posibilidad mantener relaciones privadas como laborales.
- Y qué sucede con las propias mujeres, ¿incluyen a sus pares con discapacidad en sus proclamas?
- Generalmente desde las ONG y las instituciones que se dedican a cuestiones de género la discapacidad es vista como una cuestión netamente médica, asistencialista, y no desde el discurso de los derechos humanos. Habría que incorporar específicamente los problemas de las mujeres con discapacidad en las ONG que se dedican a la defensa y promoción de los derechos humanos de las mujeres en general.
Por otro lado, el feminismo tiene mucho que aportar en los estudios sobre discapacidad y derechos humanos. Al igual que otros movimientos políticos, el de la discapacidad ha tendido a ser dominado por hombres tanto teóricos como titulares de puestos organizacionales importantes. Eso debería cambiar, dado que una perspectiva feminista puede generar repercusiones de relevancia tanto en las personas con discapacidad como en las políticas diseñadas para ellas.
"Son blancos fáciles para la violencia sexual"
Según la titular de la Omudi marplatense, Agustina Palacios, las mujeres con discapacidad suelen sufrir una serie de problemas que van desde "ser blancos fáciles de la violencia sexual" hasta esterilizaciones forzadas. A continuación, algunos de esos inconvenientes más frecuentes:
* Alfabetización y educación: Muchos padres consideran poco necesario enviar a sus hijas discapacitadas a la escuela, de modo que sus niveles de alfabetización y de educación son menores que los de los hombres con discapacidad.
* Cuidados de salud: enfrentan muchas barreras en el acceso a los cuidados médicos. La investigación médica generalmente es basada en estudios sobre hombres y las mujeres con discapacidad no son incluidas de manera transversal en los programas dirigidos al cuidado de la salud. Esto se nota especialmente en cuestiones relacionadas con la maternidad y los servicios ginecológicos.
* Servicios de rehabilitación. Las mujeres con discapacidad solo reciben un quinto de los servicios de rehabilitación disponibles en el mundo. En algunos países que se encuentran recuperándose de la guerra, dichos servicios se encuentran restringidos a los hombres. En los países subdesarrollados, las niñas y mujeres con discapacidad tienen menos posibilidades que los hombres de tener acceso a prótesis y servicios ortopédicos.
* Mercado laboral: Tres cuartas partes de mujeres con discapacidad en todo el mundo, y el 100% en los países subdesarrollados, se encuentran excluidas del mercado laboral. La mayor parte de las mujeres con discapacidad vive en condiciones de pobreza.
* Estatus social y cultural: Para muchas mujeres con discapacidad ni casarse, ni cuidar a sus hijos ni la maternidad son opciones viables. El 50% de las mujeres con discapacidad están casadas, al lado del 68% de hombres. Las mujeres que se divorcian suelen tener problemas para mantener la custodia de los hijos y para adoptar niños.
* Esterilizaciones forzadas: En varios países, las mujeres con discapacidad son sometidas a esterilizaciones, histerectomías involuntarias, procedimientos médicos o abortos. Las mujeres con discapacidad mental, sobre todo, sufren un gran riesgo a ser sometidas a estas intervenciones.
- Violencia sexual: Las mujeres con discapacidad son blancos fáciles para la violencia sexual. Y en los casos en que logran realizar la denuncia, se encuentran con que muchos hogares de tránsito no cuentan con los requisitos de accesibilidad universal.
- Violencia psíquica: las mujeres con discapacidades psíquicas o las mujeres institucionalizadas tienen alto riesgo de sufrir violencia de género.
Fuente : La Capital -Mar del Plata- 23-04-2008 *- AGENDA DE MUJERES
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