miércoles, 15 de mayo de 2013

LO CONDENADOR COMO VIOLADOR A 25 AÑOS, SALIÓ EN 7 AÑOS Y ATACÓ A 8 MUJERES MÁS


“Aparentá que somos novios… abrazame”, le ordenó a una de sus víctimas mientras le acariciaba el pelo desde atrás. Como esa noche a esa joven mujer, reiteró el ataque en múltiples ocasiones, siempre del mismo modo. Las sorprendía por la espalda, armado a veces con un cuchillo y otras veces con una pistola, y las obligaba a perderse en un descampado para violarlas. Comenzó a llamar la atención en las fiscalías donde caían las denuncias, y recordaron a un violador serial que en 1996, por haber violado a 7 mujeres, había sido condenado a 25 años de prisión.






“Actúa del mismo modo que Napolitano”, concluyeron los investigadores, recordando a un violador al que se conoció como “Pepino”. Luego se sorprendieron al saber que Claudio Napolitano, de 43 años, había sido beneficiado por la vieja ley del dos por uno y apenas había cumplido 7 de los 25 años en la cárcel.
Lo localizaron recién este año. Había estado en distintos momentos en localidades de la Patagonia, alternando períodos en Mar del Plata. En 2009 estuvo en la ciudad, también el año pasado. Su presencia en Mar del Plata siempre coincidía “con los brotes de violaciones que hubo en esos momentos”.
De hecho, entre septiembre y febrero pasados el hombre atacó a cinco mujeres. “Los perfiles genéticos masculinos recogidos en todos los casos que se están investigando son idénticos”, dijo una fuente judicial. Y le adjudican otros tres hechos anteriores.
Las denuncias de las distintas víctimas se encaminaron en una sola causa y el Gabinete de Delitos contra la Integridad Sexual, a cargo de Cristina Páez, llevó adelante un minucioso trabajo que derivó en la detención de Napolitano. La Policía lo apresó cuando caminaba por una calle del barrio El Martillo.

También cometió abusos en el barrio El Progreso, y siempre lo hacía del mismo modo. “Esperaba a las mujeres en cercanías de las paradas de colectivos”, explicó una fuente de la Departamental de Investigaciones. Al hacer la denuncia, las víctimas describían que tenía conocimiento de la zona, y que sabía a qué lugar las iba a llevar.
Cuando bajaban del colectivo o estaban esperando uno, solas, el violador las sorprendía por la espalda y las obligaba a caminar a un descampado. Allí las violaba.

En 1996, la jueza en lo Criminal y Correccional Graciela Arrola de Galandrini lo condenó a 25 años de cárcel. Se le habían probado siete abusos sexuales, y tenía una condena anterior a 11 años por robos a mano armada. Entonces tenía 26 y todos los abusos los había cometido en un mes. En ese juicio, las víctimas lo había reconocido en rueda de presos.
Además de violarlas, “Pepino” despojaba a las mujeres de valores y se quedaba con algunos “souvenirs”. Así es que en los allanamientos, uno de ellos en la casa de un familiar, la Policía encontró bombachas y otras prendas de mujeres. “También gran cantidad de material pornográfico, prolijamente guardado en sobres”. Había además celulares y ropa que las víctimas contaron que usaba cuando fueron atacadas.
“Zapatillas blancas, una campera negra, una gorra y un cuello de abrigo con los que ocultaba el rostro”, contó un jefe de la DDI. También un particular cinturón con la hebilla plateada. Todas las víctimas coincidieron en que el agresor “despedía un fuerte olor”, que no sabían definir. Ahora, con su detención, se supo que el hombre trabajaba en el predio de una planta de reciclado de basura. También habían dicho que le faltaba un diente, y que usaba una prótesis.
“La ropa íntima puede ser de las víctimas que llegaron a hacer la denuncia de la violación o de otras que no lo hicieron, porque estamos seguros de que hubo más casos ”, confió una fuente policial. De hecho ayer, en la fiscalía de Marcos Pagella, surgió una vieja denuncia de violación que en la que coinciden todas las características de los ataques del violador serial vuelto a detener ahora.

FUENTE: DIARIO FEMENINO

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