El autor de la iniciativa, el senador Aníbal Fernández, confirmó que el escrito fue presentado ante la Mesa de Entrada, explicó que su pretensión es "complementar" la legislación existente contra la trata de personas y "apuntar contra el cliente que sabe o que debería saber que detrás (del servicio que contrata) hay una red que esclaviza".
"Ya apuntamos contra el tratante, ahora vamos contra la otra pata, la que genera la demanda", sostuvo Aníbal Fernández durante una entrevista televisiva en la que reconoció que "hay que tener mucha prudencia" en el tratamiento de su proyecto que se dirige a quien es cliente de servicios sexuales producto de un "sistema de esclavitud".
“Creemos que tiene que penarse a aquel que consume, para evitar que nuestras chicas sean explotadas, secuestradas o manipuladas en cualquier lugar del país. Así podremos conseguir que no exista una actividad tan deleznable como es la trata de personas. Si no podemos convencerlos por lo honorable, por lo moral, los deberemos convencer por un ejercicio de la política penal, porque no pueden consumir nuestras chicas, ni jóvenes ni menos jóvenes”, había definido el senador antes de darle estado parlamentario al escrito.
Aún resta presentarse otro proyecto, el de Marcela Rodríguez que no apunta sólo a los clientes de personas víctimas de la trata, sino que impone penas de seis meses a tres años de prisión a todo aquel que pague “por el uso sexual de una persona”.
FUENTE: PÁGINA 12
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